El Celta de Vigo tomó ventaja en los cuartos de final de Copa del Rey gracias a un gran partido con planteamiento perfecto de Eduardo Berizzo, que dejó helado a un Real Madrid sin capacidad de reacción, que entra en un bache tras ver cortada su racha con dos derrotas consecutivas (1-2).
Medía el “Santiago Bernabéu” el impacto del golpe moral de la primera derrota de la temporada. Una competición diferente para resarcirse de cinco minutos para el olvido en Sevilla, pero un rival de entidad con un planteamiento brillante de Eduardo Berizzo cambió la cara al fútbol vertical madridista. De la racha de 40 partidos sin perder a uno de los peores encuentros del curso.
El Celta ejerció un marcaje al hombre, con vigilancias especiales en el centro del campo y consiguió anular la salida de balón de su rival. Jugó con velocidad y encontró espacios al contragolpe. El Real Madrid necesitaba la brillantez de Modric y Kroos se veía obligado a retrasar muchos metros para iniciar jugada. Ramos y Varane se veían obligados a sacar el balón e incluso descolgarse en ataque.
En el segundo tiempo, el orden del Celta seguía imponiéndose, siempre cómodo en el terreno de juego y encontrando el premio a su gran partido gracias a la autopista que dejó Danilo en su banda. La aprovechó Bongonda con velocidad, su centro lo despejó mal, al centro, Marcelo y un matador como Aspas no desaprovechó el regalo.
Obligado a reaccionar no tardó en hacerlo el Real Madrid cuando Marcelo, de un zurdazo a la red, selló el empate e invitaba a pensar en una nueva remontada.
Robó el balón Jonny para redondear su gran partido con un tanto en el Bernabéu. La salida a la desesperada de Casilla no sirvió para evitar el 1-2.
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