En octavos fue el PSG, en cuartos la Juventus y en semifinales el Bayern. Los campeones de Francia, Italia y Alemania, uno a uno han caído en manos del Madrid de Zidane, histórico equipo que firma tres Champions de manera consecutiva: «Hemos eliminado a tres grandes equipos, y es imposible meterse en una final sin sufrir. Esto es la Champions, es la máxima exigencia. Para el corazón es complicado, pero así sabe mejor y es más bonito», reflexionó el técnico blanco.
Gigantes los números de Zidane en la Copa de Europa, siempre ganador en los cruces y avistando otro entorchado: «No es normal estar por tercera vez consecutiva en una final de Champions. Ahora hay que ganarla, porque aún no la tenemos, pero vamos a muerte a defender nuestro título».
Ni el francés, habitual en él, ni Heynckes, dijeron una sola palabra sobre la polémica mano de Marcelo, que el propio protagonista confesó, «sí, es penalti». El entrenador germano puso el acento en su equipo, al contrario que en la previa: «Si se miran los dos partidos hemos sido mejores, pero lamentablemente no estamos en la final. Es una gran decepción. Otra vez hicimos un regalo y ellos pueden darle las gracias a Keylor».
Vidal y Boateng, que no jugaron al estar lesionados, sí que cargaron contra Cakir en las redes sociales. Fue el único lamento arbitral de los teutones, enormes en el campo y caballerosos en la derrota: «No hemos tenido suerte y hay que felicitar al Madrid», dijo Heynckes, que anoche firmó su última obra: «Es definitivo. Lo dejo. Siento por los jugadores no haberme despedido con una final de Champions». Señor hasta el final, Jupp.
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