El Barcelona ha sufrido para clasificarse para la final de la Copa del Rey por cuarta vez consecutiva después del empate con el que se cerró la vuelta ante el Atlético de Madrid (1-1), en un partido que lo tuvo todo, con tres expulsiones, un penalti fallado por los colchoneros y emoción hasta el final.
Los barcelonistas no podrán contar para la final con Luis Suárez, autor del gol, ni tampoco con Sergi Roberto. El partido fue intenso. Dominó el Atlético de Madrid en el primer tiempo, pero marcó el Barça en la recta final.
En la segunda mitad, los de Simeone pusieron en aprietos al Barcelona en la recta final,donde apreció Gameiro para marcar en el 83 desde el punto penal. Al final, los azulgranas acabaron jugando con nueve y sacando agua de la barca frente a un Atlético que buscó la prórroga.
De salida, el Barça desmintió a su entrenador y no salió a ganar, pese a que Luis Enrique en la víspera anunció que su equipo no sabe jugar a otra cosa.
Los azulgranas esperaron e invitaron al Atlético a atacar, jugaron a especular con el tiempo y con los nervios de un rival que salió con todo porque necesitaba dos goles para darle la vuelta a la eliminatoria.
Pero en el ADN de los azulgranas ese registro ‘amarrategui’ no existe. En su libro de estilo no figura la posibilidad de regalar minutos y metros al rival y el Atlético jugó como no se lo esperaba.
Sufría el Barça y sorprendían los colchoneros. Sin el balón, los azulgranas no son nada y menos cuando de entrada Busquets e Iniesta se quedaron en el banquillo. La media azulgrana no existía, André Gomes sufría de cuatro y Rakitic y Denis Suárez se hartaron de perseguir sombras.
EFE
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